viernes, 31 de agosto de 2012

De compras

Ésta es una serie fotográfica que hace unos años me dio una alegría en forma de premio. Ahora, con ese aval, aparece publicada en http://hyperbole.es/ junto a un texto que describe su concepto. En realidad, ese concepto nació después de hechas las fotografías, en uno de esos maravillosos momentos en que descubres que lo que has tanteado como juego en un momento de repentina inspiración puede resultar mucho más hondo y certero que algo previamente elaborado.

lunes, 13 de agosto de 2012

Espectador


espectador, ra.
(Del lat. spectātor, -ōris).
1. adj. Que mira con atención un objeto.
2. adj. Que asiste a un espectáculo público. U. m. c. s.

Cuando recurrimos a las definiciones, algo así como el carnet de identidad de las palabras, solemos sorprendernos, en tanto descubrimos que no siempre consiguen ajustarse con total precisión al concepto que definen, o a la idea que nosotros mismos nos hemos formado de dicho concepto.

En el caso de 'espectador', puede chocar que la definición establezca que lo es sólo cuando centra su atención en un 'objeto'. Para saber si ese 'objeto' puede englobar todo lo que, como espectadores, podemos mirar atentamente, recurrimos a su ficha. Y, en efecto, la primera acepción del término nos saca de dudas:

objeto.
(Del lat. obiectus).
1. m. Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo.

Salvado este primer escollo que pudiera convertir en incompleta la identificación de 'espectador', surgen en la segunda acepción varios más. Al parecer, el hecho de asistir a un espectáculo, sea cual sea la atención que le prestemos, nos hace también espectadores. Pero el espectáculo ha de ser 'público', y aquí es donde saltan las alarmas. ¿Entonces qué somos al presenciar un espectáculo privado? Las acepciones de 'público' (tratando dicha palabra como adjetivo), no consiguen, por sí solas, resolver el embrollo:

público, ca.
(Del lat. publĭcus).
1. adj. Notorio, patente, manifiesto, visto o sabido por todos.
2. adj. Vulgar, común y notado de todos. Ladrón público
3. adj. Se dice de la potestad, jurisdicción y autoridad para hacer algo, como contrapuesto a privado.
4. adj. Perteneciente o relativo a todo el pueblo.

A menos que consideremos que la palabra 'todos' engloba subjuntos de la totalidad de personas que existen, es decir, que un reducido grupo de gente reunida en privado para ver un espectáculo sean 'toda' la gente, no podremos afirmar que esa gente es 'espectadora'. Las abstractas y contundentes primeras acepciones de 'todo' y 'cosa' ponen fin al entuerto:

todo, da.
(Del lat. totus).
1. adj. Dicho de una cosa: Que se toma o se comprende enteramente en la entidad o en el número.
cosa.
(Del lat. causa).
1. f. Todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta.
 
Bien, podemos respirar tranquilos. 'Espectador' parece completamente definido como lo que entendemos por tal. Aunque aún queda por apuntar un curioso dato. Del mismo modo que 'cosa' aparece para definir 'todo' y 'todo' para definir cosa, no debemos olvidar que a lo que comúnmente conocemos como un 'conjunto de espectadores' lo llamamos 'público', algo que, por supuesto, el diccionario tampoco pasa por alto:

público, ca.
(Del lat. publĭcus)
7. m. Conjunto de las personas reunidas en determinado lugar para asistir a un espectáculo o con otro fin semejante.

Una vez pisada tierra firme, intentemos hacer que salte por los aires. ¿Qué ocurre si, como espectadores, centramos nuestra mirada en la mirada del espectador?

En primer lugar, definamos nuestro escenario, el 'objeto' de nuestra observación atenta. Un 'objeto' definido por su capacidad de conducir nuestra atención hacia el escenario. Sus elementos nos resultan conocidos: asientos y paredes. En este caso, nos hallamos ante un teatro eventual. Ni esas paredes se erigieron ni esas sillas se fabricaron para albergar espectáculos. Pero se han dispuesto para que así lo hagan, para concentrar espectadores. ¿Qué pasa cuando las despojamos de escenario?¿Qué pasa si las convertimos en escenario?





Ahora sentemos en cualquiera de las sillas un espectador.



Ahí está, dirigiendo su mirada a un hipotético escenario. ¿Existe ese escenario?¿O existe sólo aquél del que ahora este espectador forma parte?



Él es todo lo que el hipotético espectáculo que presencia tiene por público. Aunque las sillas silenciosas que lo acompañan y con tanta atención dirigen su mirada al mismo punto, son también público, un público hipotético. ¿Como el espectador?
Pero el público, el espectador,  ¿no somos nosotros?







Nota: Las imágenes, tomadas por el autor del blog, Santiago Galán Álvarez, fueron capturadas el día 7 de Agosto de 2012 en el patio de armas del castillo de El Barco de Ávila (provincia de Ávila).